Visita Apostólica

-a la Misión de Morelia-

Antonio Miranda
Morelia, Michoacán | 10 junio 2o25
MT
Imágenes Peniel Quintanilla

Si hay iglesia, hay simiente...

Eclesiastés 3:1

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.

Con gozo en el Señor, compartimos un breve reporte de la visita apostólica realizada el pasado domingo 8 de junio en la misión de Morelia, Michoacán. Esta labor fue encabezada por nuestro hermano Alberto Gómez, acompañado de su esposa, la hermana Patricia González, así como del hermano Peniel Quintanilla y su esposa, la hermana Sharon Ibarra. Durante esta visita, el hermano Alberto compartió un poderoso mensaje titulado: “Morelia: su importancia, su condición y su reto”, basado en los pasajes de Hebreos 12:1-3, Romanos 7:5-7 y Eclesiastés 3:1.

El mensaje destacó la relevancia estratégica de Morelia como capital del estado de Michoacán, subrayando que conquistarla espiritualmente representa un gran desafío. Sin embargo, los retos son oportunidades que revelan nuestra verdadera fortaleza. Se habló de los ciclos que vivimos como sostener, crecer y avanzar. En este sentido, se declaró que el ciclo de “sostener” ha concluido para Morelia, y ha llegado el tiempo de crecer. Todo tiene su tiempo y sazón, y este es un momento de transición que requiere un cambio de mentalidad y actitud. Esta obra se ha sostenido por cuatro años que sin duda no han sido fáciles, pues el sostener trae desgaste, cansancio y desánimo; pero sabedores de que las oportunidades se disfrazan de problemas, se marcó que también es necesario cerrar un ciclo de sostenimiento para darle acceso a la promesa de Dios abriendo así el ciclo de crecer. El hermano Alberto realizó una oración para cerrar el ciclo anterior y dar la bienvenida a una nueva unción y a un nuevo tiempo de crecimiento, y que la actitud correcta de la gente es la que traerá el resultado esperado; “SI HAY TERRENO HAY IGLESIA, SI HAY IGLESIA HAY SIMIENTE”.

Pasamos un tiempo grandísimo donde el Espíritu Santo se movió y nos invitó a creer con todo nuestro corazón que llegó la hora de cambiar la historia en la Ciudad de Morelia. El Espíritu Santo se manifestó de manera especial, trayendo bendición y renovación a todos nuestros hermanos de la misión de Morelia.

Damos gracias a Dios y expresamos nuestro profundo agradecimiento al hermano Alberto Gómez, apóstol de nuestro Señor Jesucristo, y a los hermanos que le acompañaron, por su entrega y amor en esta labor tan significativa.

¡Dios les bendiga abundantemente!