Dando continuidad al plan de trabajo que se estableció en la visita anterior de nuestro amado Apóstol Alfredo González; los días 11, 12 y 13 de agosto recibimos con gran gozo a nuestros hermanos Isaías Ponce, Pastor del Tabernáculo del Valle de México; y Daniel González, Diácono del Tabernáculo de la Ciudad de México, para dar seguimiento a nuestro plan de preparación, que inicia con la reconstrucción de nuestro Templo Espiritual y literal.
“Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.” 1ra de Corintios 3:9
Por la tarde del día viernes, tomando la escritura en San Mateo 18:19-20 nuestros hermanos Isaías Ponce y Daniel González, tuvieron la primera plática de trabajo con nuestro hermano Alejandro Alameda, pastor del Tabernáculo de Los Cabos; y su esposa, nuestra hermana Elizabeth García; para asentar que es fundamental que el pastor y su esposa estén sanos física, mental y espiritualmente; y en común acuerdo para poder desarrollar este trabajo de reconstrucción.
El segundo encuentro que nuestros hermanos llevaron a cabo fue el día sábado, con el gobierno de nuestra Iglesia; puntualizando que son primeros que deben creer y actuar en este nuevo tiempo, ya que como cabezas tienen una responsabilidad mayor para lograr la estatura que el tiempo requiere.
Por la tarde de este mismo día, se realizó una tercera plática con la Iglesia local; nuestros hermanos, tomaron las escrituras en Hageo 1:12 y Esdras 1:1. Dejando claro que Dios no solo nos dice qué hacer, sino Él nos dice cómo hacerlo; Él, mediante Su ministerio aquí en la Tierra nos ha dado “12 Pasos de la Reconstrucción” no solo para reconstruir nuestro templo literal, sino estos pasos también nos sirven para reconstruir nuestro templo espiritual.
Por la mañana del día domingo, tuvimos el placer de escuchar la Palabra de Dios, por medio de nuestro hermano Isaías Ponce; quien tomó las escrituras en Esdras 1:5 y 1ra de Corintios 3:9. Nuestro hermano hacía énfasis en que el tiempo del cambio estaba en nuestros medios, y Dios no solo nos está demandando reconstruir nuestra iglesia, sino reconstruirnos a nosotros mismos. Debemos hacer efectivo el tiempo al que entramos, y el primer paso de todo es “demoler”; no solo demoler un edificio que ya no cubre nuestras necesidades, sino demoler nuestras fachadas espirituales que no nos permiten seguir adelante.
Bajo la inspiración del Espíritu Santo, este día 13 de agosto se dio inicio de manera oficial al trabajo de reconstrucción en nuestra localidad, trabajando para nuestra Iglesia se convierta en ese Faro de Luz que nuestra península en Baja California necesita. Creemos que la paz se logra trabajando… Dios les bendiga.