SEXTA FIESTA DE JUBIELO TCDC
Somos Protagonistas
31 octubre Y 01 noviembre 2o2O

Hace ya 10 años que la Iglesia del Señor en la República Mexicana vivió su primera fiesta la cual nos trajo un ramo de bendiciones, entre ellas la apertura de la Era Apostólica en nuestro país y así las iglesias empezaron un ordenamiento mayor y los establecimientos fueron cada vez más precisos como fruto de un desarrollo apostólico en nuestras iglesias y Dios se movió en grandes porciones a través de un ministerio especial para llegar a su plenitud.

Desde que inició el año 2020 sabíamos que el reto era aún mayor que hace 10 años pues a este tiempo ya teníamos que haber presentado una madurez espiritual en nuestras vidas. De esta forma nuestra preparación para la segunda gran fiesta de la Iglesia en México inició con diferentes grados de dificultad entre ellos una pandemia mundial.

Nos tocó ser la sede de la sexta fiesta de jubileo en nuestra nación y al entender ese gran privilegio nos pusimos a trabajar de la mano de nuestro Pastor el Hno. Obed Garduza Flores ligado a una dirección Apostólica, iniciamos nuestra preparación llendo a la montaña en ayuno, oración y con trabajos especiales con los niños, los jóvenes, los adolescentes, los matrimonios, y aún con las hermanas que asisten solas, todo este trabajo se realizó en las iglesias hermanas y misiones de la región en coordinación con nuestros hermanos pastores y encargados.

La fecha llegó y era tiempo de venir por nuestros regalos, teníamos una expectativa y todo fue aún más allá por la infinita gracia de Dios, conforme iban avanzando las fiestas de jubileo sabíamos que desde la primera fiesta Dios ya estaba repartiendo los regalos que tiene para sus hijos en este el Año Agradable del Señor.

El día sábado 31 de octubre nos dimos cita en la Ciudad de Coatzacoalcos dentro de las instalaciones del hotel Terranova, nuestros invitados empezaron a llegar desde el día viernes y se empezaba a sentir una atmósfera especial de jubileo, tuvimos la presencia de nuestro Hno. Alfredo González Domínguez y su apreciable familia, el Hno. Otniel González Ruiz y su apreciable familia, el Hno. Alberto Gómez Velasco y su apreciable familia, el Hno. Elmer Méndez y su apreciable familia, el Hno. Ángel González Ruiz y a su apreciable familia, un equipo de trabajo del Tabernáculo de la Ciudad de México y a un grupo de ministros y pastores de todo el país. La cita en el salón fue a las 5:20 p.m. tarde y nos pudimos regocijar con las alabanzas y cantos especiales, la Palabra fue traída por nuestro Hno. Ángel Gabriel González Ruiz, Pastor del Tabernáculo de la Ciudad de México, que puso por tema: “TIEMPO DE REGRESAR” y tomó la escritura base de Levítico 25:10. Pudimos entender que después de 50 años ya no podemos seguir caminando fuera de su presencia pues ahora ya no es nuestra voluntad permisiva si no la voluntad perfecta de Dios y que no solo se trata de escuchar el sonido de la trompeta, es necesario que el sonido de la trompeta con nuestro clamor se puedan encontrar para hacer valida nuestra liberación.

Dios se movió de una manera tan sublime cuando la congregación se dirigió al altar para clamar y dar gracia a Dios por su año agradable y todas las bendiciones que nos ha traído, todo estaba listo ahí para celebrar el día domingo una resurrección en nuestras vidas con una doble porción de Su Espíritu.

Para el día domingo 1° de noviembre la cita fue desde las 7:00 de la mañana y nadie se hizo esperar, todos en un mismo espíritu nos presentamos listos para lo que Dios tiene para nosotros. Dando continuidad ahora se tomó la base de Levíticos 25:10 y 2ª de Reyes 2:9 donde nuestro hermano Ángel hizo referencia a una doble porción de Su Espíritu con el tema: “UN MANTO A LA MEDIDA”, haciéndonos saber que nosotros tenemos que llenar el manto.

Dios se movió de una manera tan especial que al final tomó el lugar nuestro Hno. Alfredo González Domínguez, Apóstol del Señor Jesucristo para hacer un llamado a todos los pastores presentes con sus esposas y hacerles ver que es la última vez que Dios nos prueba el manto, porque llegamos a límite, al tope y consumimos el combustible que obtuvimos con las arras que es el 10%, el pago a cuenta para permanecer, pero que ya no nos sirve; ahora es un Bautismo de Fuego, una doble porción.

Nos bastaron 10 años para arribar a una zona de fuego donde se levanta un nuevo ministerio, donde los hombres vivan realmente la vida y estén entregados a Dios porque nunca antes habíamos llegado a una zona tan importante y tan especial para la Iglesia y para el ministerio, todo este año Dios lo está dando para poder entrar en esa zona de fuego.

Solo podemos redactar una pequeña parte de todas las bendiciones que Dios nos dio en este tiempo hermoso donde estuvimos en convivencia con nuestros hermanos del norte, del centro y sur del país. Agradecemos a Todas las Iglesias y Misiones de la región junto a sus pastores, encargados y familias que respaldaron este tan importante evento y ahora todos unidos en oración para que Dios se derrame aún mayor en la siguiente fiesta. Que Dios bendiga y fortalezca a todo el equipo Apostólico y al equipo que hace posible este trabajo tan especial para la honra y gloria de Dios.

Por Braulio del Rosario

Fotografía

Valentina Merchant, Julissa Borromeo, Mary Rodríguez y Ezequiel del Rosario

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